Guillermo Jiménez un narrador de provincia
Abrió las puertas al realismo fantástico Por: Hiram Ruvalcaba F ue en el sur de Jalisco en donde Juan José Arreola dio sus primeros pasos y fraguó sus primeras letras. El silencioso Juan Rulfo vio manifestarse la Comala de su ilusión en estas mismas tierras, y no demasiado lejos de ellos José Luis Martínez y Antonio Alatorre también abrieron los ojos al mundo. Estos cuatro nombres hablan ya de un fenómeno notable, una anomalía genética que sembró el germen de las letras en una región específica, y dio a ciertos individuos el hálito de la genialidad. No obstante, no es arriesgado decir que la luz de estos personajes fue el reflejo magnificado de otra luz anterior, una luz que tenía muchos nombres y que, por desgracia, es apenas visible ante el resplandor que estos cuatro autores emiten. Dentro de aquella estirpe puedo distinguir con claridad a Guillermo Jiménez. El nombre tal vez no diga nada. Guillermo Jiménez no es carta de presentación del occi...